domingo, enero 21, 2007

balada para un loco


Mon invité: Astor Piazzolla



Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué sé yo, ¿viste?
Salgo de mi casa, por Arenales.
Lo de siempre: en la calle y en mí...
Cuando, de repente, de atrás de ese árbol, se aparece él.
Mezcla rara de penúltimo linyera y de primer polizonte en el viaje a Venus:
medio melón en la cabeza,
las rayas de la camisa pintadas en la piel,
dos medias suelas clavadas en los pies,
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.
¡Ja, ja! Parece que sólo yo lo veo.
Porque él pasa entre la gente,
y los maniquíes le guiñan;
los semáforos le dan tres luces celestes,
y las naranjas del frutero de la esquina le tiran azahares.
Y así, medio bailando y medio volando,
se saca el melón,
me saluda,
me regala una banderita,
y me dice...


Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...

No ves que va la luna rodando por Callao;

que un corso de astronautas y niños, con un vals,me baila alrededor...

¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...

Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;y a vos te vi tan triste...

¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!...el loco berretín que tengo para vos:
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!

Cuando anochezca en tu porteña soledad,

por la ribera de tu sábana vendré

con un poema y un trombón

a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!

Como un acróbata demente saltaré,

sobre el abismo de tu escote hasta sentir

que enloquecí tu corazón de libertad...

¡Ya vas a ver!


Y, así diciendo,

El loco me convida

a andar en su ilusión super-sport,

y vamos a correr por las cornisas

¡con una golondrina en el motor!
De Vieytes nos aplauden: "¡Viva! ¡Viva!",

los locos que inventaron el Amor;

y un ángel y un soldado y una niña

nos dan un valsecito bailador.

Nos sale a saludar la gente linda...

Y El loco, loco mío, ¡qué sé yo!,

provoca campanarios con su risa,

y al fin, me mira, y canta a media voz:


Quereme así, piantao, piantao, piantao...

Trepáte a esta ternura de locos que hay en mí,

ponete esta peluca de alondras,

¡y volá!¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!
Quereme así, piantao, piantao, piantao...

Abrite los amores que vamos a intentarla mágica locura total de revivir...

¡Vení, volá, vení! ¡Trai-lai-la-larará!
¡Viva! ¡Viva! ¡Viva!¡

Loco él y loca yo!

¡Locos! ¡Locos! ¡Locos!

¡Loco él y loca yo!

el pianista

Y el pianista rememoró viejas historias de amor.
Jugando a ser Dios, Fausto, mefisteando,
buscó entre notas acompasadas,
que danzaban y atormentaban al creador
provocando tensión, emoción,
para sucumbir en el orgasmo musical.
Las notas se estrellaban,
las manos se multiplican
creando la lujuria del momento.
Los ojos cerrados, pude bailar
con el pecado hasta llegar al cenit
y explosionar en el infinito placer.
Finalmente,
cuando todo hubo acabado,
me levanté.
Mi cuerpo, entusiasmado,
liberado,
se descompuso
en miles de aplausos
y sonrísas al joven pianista.

jueves, enero 04, 2007


Agotado, el hombre mira su vida
No hay presagios para vivir
Las ofensas y los combates en tiempo de paz
Una imagen que fluye colocada en una mirada
No hay enfrentamientos evidentes
Los compromisos acumulados no sirven
Las preguntas acristaladas sin respuesta se suceden

La voz se posiciona