jueves, noviembre 26, 2009

Nacimiento

El nacimiento del nuevo hombre de Dali



Los mundos atrofiados por los miedos
se sumergen en nacimiento de agua viva.

Se evaporan en ecos profundos
rompiendo imposiciones ególatras.

No hay sacrificio.

Sólo la paz aparece.

6 comentarios:

Tawaki dijo...

Me gusta Dalí, quizás porque sus cuadros destilen más miedo propio que paz.

Un abrazo.

El Toro de Barro editorial dijo...

Raro gesto de esperanza el tuyo, que, con el miedo colgado de los huevos del alma, uno agradece como agua de mayo...

El Toro de Barro editorial dijo...

Los embistes de la egolatría son durísimos de resistir, pero resulta necesario combatirlos para renacer, desnudo de lo que nos hace propios, en nuestra condición de partes únicas de un único espíritu universal.
Te espero
Carlos

carmen dijo...

Cuando profundizas en la belleza de sus cuadros puedes encontrar paz, sabiduría o simplemente la nada (que es tan bella y aceptable como lo demás. Por lo menos, asi lo veo yo...
Gracias por estar, prometo pasar por tu casa que no visito hace tiempo. EStas de viaje o en casa?

Carlos,siempre me he ruborizado cuando he sentido tu presencia pues dejo que el ego aparezca para llenar este cuerpo de placeres que confunden. Yo, mea culpa, soy un ser débil, incapaz de resistirse ante la palabra.
Volver al camino interiore es de nuevo un reto cada día....Gracias por tu presencia, me llena enormemente..

El Toro de Barro editorial dijo...

Estoy ahora en un tiempo personal en que el futuro o la esperanza comienzan a ser espejismos incapaces de superar o diluir el miedo a la muerte. Tal vez he vuelto otra vez más a este poema, para lograr limpiartme un poquito por dentro con el agua fina que aquí cae. Es -el poema- como una iluminación permanente que me llama. Pero me es tan difícil limpiarme...
En fin, gracias por tu comentario en la liberación de Auschwitz. Y un beso muy grande, y un regalo desasosegante en este link:

http://poesia-del-torodebarro.blogspot.com/search/label/228.-%20Salmo
Tuyo
Carlos

carmen dijo...

Es bueno limpiar, sanarse por dentro, llorar y mirar con atrevimiento la vejez o la muerte. Es bueno para poder comprender y aceptar el presente de nuestra vida.

Un beso de nuevo Carlos