martes, diciembre 22, 2009

Cuatro gotas de rocío




En la noche clara,

este 22 de diciembre
contemplo el río,
laúd sin cuerdas
de mi insomnio.

Estoy sola, embebida,
al borde del agua
medio azul, medio negra.
Cuatro gotas de rocío
titilan
sobre unas hierbas.

Más allá,
mi mente es ave lesionada,
ya no puede seguir al fénix.

Aunque torpe,
estoy cerca de la verdad.

2 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

solo golpear el pecho con un ala aunque partida, para que un pajaro de a entender su libertad mutilada y sus ancias de vuelo. Ocurre que aunque en lo terreno este su sustento es entre corrientes mas etereas donde su espiritu se inflama y vuela! siempre es menester ser fenix y resurgir aunque en soledad sea mas dificil edificar un nido, besoscenicientos!, Carmen! y feliz año

carmen dijo...

Querido Horacio, no sé si la soledad en mis silencios es positiva para mi, creo que si pues me complace vivir en ella a pesar del miedo a mi propia existencia. A veces me olvido volar a mi propio compás queriendo emular otro ave magestuosos, entonces es cuando tomo conciencia...Que bien tus palabras. Gracias por estar.
Un abrazo