sábado, diciembre 12, 2009

Ruidos



Sensible al olfato

La noche se mostraba impaciente

Los ojos cansados

El reto, mirada perdida

En un blancor que enrojecía


Y el ruido, implantado en el corazón

Que sangraba miradas furtivas

Se veía alterado cada noche por palabras

Que nacían y morían en mí


3 comentarios:

Horacio Fioriello dijo...

ciertas noches de sentidos aguzados nuestro silencio interior adquiere la elocuencia de un monologo en vos alta, de un coloquio con nuestras propias multitudes.Es hora de escucharse.

como siempre un latido fervoroso a la hora de expresarte,Carmen.

besosruidosos

Tawaki dijo...

La primera estrofa me recuerda lo cansado que estoy por las noches, esas sábanas blancas en las que mi olfato reconoce el olor de recién lavadas.

Creo que en la segunda línea tienes un gazapo.

carmen dijo...

:) Horacio ¡Pero cuanto bien el escucharnos, en silencio, esperando que llegue la paz interior!
¡Y que bien tu presencia de nuevo!
Besos silenciosos :)

Tawaki, jajajaja...es cierto, pero sabes me suele pasar, me invento palabras a veces. Si vieras como se ríen algunas veces los alumnos de mí ( en el buen sentido de la palabra :p)
Voy a corregir.....Gracias por tu presencia.
Un abrazo