las almas también piensan

Estaba observando, desde hace un buen rato una escena, la cual revivía cada día de su larga existencia.
La materia ya no formaba parte de ella, pues decidió, tiempo ha, que el ciclo había concluido.
Es fácil decidir cuando sabes que el fin ha sido alcanzado.
Cierto que tenía ciertas esperanzas en que él hubiese comprendido. Pero el poder de la materia es tan fuerte y atractivo.
Es verdaderamente difícil decir “no quiero volver”, a pesar de saber que ambos se fusionaron en el encuentro.
Decidió iniciar su vuelo y se acercó como un soplo de aire puro, rodeó al niño y re-pensó el momento, los momentos de cada tarde contemplada.....

.....Cada tarde, Sergio se paseaba con sus padres, abrazados y felices.
Desde pequeño se intuían sus ansias de volar. El vuelo había formado parte de él, su yo más profundo recordaba la sensación, la plenitud y la fusión.
Entonces, volvían las re-vivencias, y como una paloma, corría tras ellas intentando iniciar el vuelo.
Batía sus brazos fuertemente, cada vez más rápido dando saltos...pero la fuerza de la gravedad lo volvía a atraer una y otra vez.
No comprendía la impotencia expresada. Así, la furia le invadía y re-nacía su lucha interna por el deseo de iniciarse. Pero el fracaso en el intento era la última consecuencia.
Y siempre la misma escena aparecía, el niño, desconsolado, abrazado a su madre, impotente ante su destino.....
¿Era consciente de su destino?
Sus lágrimas eran muestras de ello. Sin embargo el amor de la madre conseguía confundir su tristeza.....

Finalmente, con mucha pereza, inició su levitación, pensativa, pues las almas también piensan, sin antes depositar un leve beso en la frente de Sergio, y le susurró “recuerda, sólo entonces podrás”.