la lluvia

Ha comenzado a llover. ¡Que fenómeno tan extraño!
Después de tantos meses se puede oler a tierra mojada.
El aroma a humedad me hace abrir los ojos. Son las cinco.
Aprovechando el privilegio que me ha dado la naturaleza, decido levantarme. El frío me eriza el vello sintiendo cierto placer, pues, a pesar de gozar plenamente del verano, añoro ciertos aspectos que la naturaleza nos da.
“Me falta un café, me dije. Caliente por dentro, frío por fuera. Así deseo sentirme en este instante”.
Al salir al balcón dejo evadir mis pensamientos hacia mi pasado, lejano ya.
....Tres niños acostados sobre unas mantas. Son los años 70, mis hermanos y yo decidimos hacer lo que más nos gusta.
Está lloviendo. Abrimos la ventana, colocamos nuestras mantas para tumbarnos y sentir el contacto de la vida, gotas de vida sobre nuestra piel.
Quietos, esperamos que aparezcan los primeros rayos, seguidos por los respectivos truenos de la tormenta. El eléctrico momento nos invade y las risas afloran de nuestras bocas.....
Sonrío al recuerdo, diciéndome que es una bella manera de iniciar el día.
Lo imposible se ha vuelto posible. Y como dijo Alicia a la reina de corazones “A veces he creído hasta seis cosas imposibles antes del desayuno”.
Ver llover en Cieza, sin duda lo es.