He soñado la levedad de la muerte
Cabalgaba a lomo del niño
Austera y astuta se adhería,
Impaciente,
Por llegar a la hora precisa.
Incrédula paz,
Que sujetaba el manto de sangre
He soñado el canto del llanto
Reinaba cuando se hizo la luz
Incrédula paz,
Donde el sinsabor por vivir
Terminó por llegar.
No hay niño.
Sólo el silencio se oye
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