miércoles, marzo 14, 2007

visión de una percha en una noche cualquiera

Y la percha la miraba.....
Hoy tuvo un acto social.
Si os dijera que fue inusual en ella, mentiría. Pues a pesar de ser mujer hogareña, solía acudir a fiestas innecesarias y vacías, donde las risas y las palabras que no dicen nada abundaban.
Pero hoy fue sincera con ella misma y se divirtió.
Sin embargo, su mirada se perdía con gran frecuencia, alejándose hacia los sueños que la seguían invadiendo, hacia ese rostro inalcanzable, a pesar de rozar su alma con la punta de su yo más íntimo.
Pero una sonrisa, un acto o simplemente su propia presencia la transportaba de nuevo a su presente.
De vuelta a casa, decidió rendirse homenaje y dar un respiro a su vida.
Esa noche estaba agotada en todos los sentidos. Necesita un descanso merecido.
Acostada, panza arriba, había pensado en el camino a seguir.
Mientras tanto la percha la seguía mirando....
Sus dos brazos desafiantes, rectos e inmutables le confirmaban la solidez de sus sentimientos.
Ahora, sabía que no sabía nada. Ilusiones pasajeras, realidades que la aplastaban cada día, hundiéndola en su propia realidad.
Y el hueco se hizo presente.
Faltaban las llamadas, faltaban las voces que deberían pronunciar su nombre cada noche. Faltaban las caricias que le fueron negadas.
La soledad se hacía más evidente cuando acudía la nostalgia.
Y esa noche se sentía tremendamente solitaria en su soledad.
No era tristeza lo que la invadía, contemplando la percha, sino, asombro de entenderse una vez más, de comprender las palabras que no fueron dichas.
No pudo impedir que la lágrimas brotaran de nuevo, inundando su rostro de niña sumisa al tiempo que pasa.
La percha vacía, aquella que soportaba el vestido que había llevado horas antes, le hizo recordar que otro vestido sería acoplado a ella.
No esa noche, pero sí, cuando viniera el mañana.

Dejó atrás los pensamientos, revolviendo sus ansias con los sentimientos prohibidos.
Pronunciando su nombre, se pudo dormir, abrazada a su alma, apenada, por la ausencia del rostro.

3 comentarios:

Gsús Bonilla dijo...

tu percha me viene
genial para mi almario.

ALMARIO (donde se guardan las almas)

Hay gente sesgada de cuerpo pálido,
hay gente vacía que no duda.
Hay gente segura del firmamento,
hay gente injusta de ropa ancha que llora lágrimas falsas,
que finge risas, hay gente que ni tan siquiera llora.

Hay gente con pasado negro,
gente con nuestro futuro,
hay gente cobarde en el presente, que oferta sueños,
que vende humo, que compra estrellas que luego rompe.

Hay gente que se va sin pagar,
hay gente que sustrae infancias, que absorbe mañanas
y escupe al viento.

Hay gente compleja, que orina en las vidas,
hay gente que se limpia en mis labios,
hay gente oscura a diario, gente oculta bajo mi cama.
Hay gente que estudia, que estudia y aprueba matar.

Hay gente que deja el alma donde se dejan las almas,
colgadita en su percha nácar,
allí,
dentro del almario.
Y también hay gente que tiene alma,
y la lleva puesta encima,
pero no tiene un sitio donde guardarla.

carmen dijo...

jooooo.....es precioso...gracias por saber que existen almarios

RocanLoveR dijo...

carmen, tus palabras huelen a haberlas vivido alguna vez....

un placer pasar por aqui.

amoremachine, muy bueno lo del Almario, yo ni sabia que existian :P

Abrazos.:)