
Mis aguas marinas
se mezclan con el dulzor del otoño
Acompasadas,
renacen en cada fundición
Del alma.
Mi voluntad, perpetua,
se pliega frente al espejo que mira.
-
se mezclan con el dulzor del otoño
Acompasadas,
renacen en cada fundición
Del alma.
Mi voluntad, perpetua,
se pliega frente al espejo que mira.
-
3 comentarios:
Hermosa y serena manera de vivirse.
Pasaba a saludarte.
Gracias por el saludo, gracias por tus palabras tan serenas también
:-)
¡Qué delicadísima composición!
Apenas tres palabras para alzarse a la contemplación del hombre o de la mujer que llevamos dentro del hombre o la mujer que somos....
Decía mi maestro Ángel Crespo que el poeta que no aprende a ser podador de rosas, nunca gozará del esplendor de la única que queda, que es la verdadera...
Carlos
Publicar un comentario