jueves, mayo 31, 2007

Azul III



-III-


Nunca he oído la palabra en mi madre, sólo sus pensamientos llegaron a mí.
Quizás, sea condición femenina o simplemente familiar, no lo sé.
Simplemente, recuerdo sus recuerdos, sus virtudes y su amor....su gran amor a la vida.

-¿Por qué no nadas más de prisa? gritó Azul.
-Déjala....es que no ves que le pesa mucho su cola, contestó riendo Gris.
-Sois horribles, no sé aún porque juego con vosotros.Mi mama me dice que no debo hacer caso a los chicos, que algunos no piensan, sólo se mofan, les dije sacándole la lengua.
-Tu mama, tu mama.....¿Y qué tu mama?
-Es verdad, tienes la cola tan grande como la nuestra, y tu eres una chica....tienes que reconocer que eres torpe.
-No sabes como usarla, me contestó Gris enfadándose, pues sabía que le había dolido lo que había insinuado .
-Siempre acabáis los dos igual...Estoy cansado de vosotros.Os odias pero sois los mejores amigos que hay entre estas olas.¿Por qué no jugamos y nos olvidamos de chico-chica-chica-chico......Venga....anda....haced las paces, por favor, dijo Azul haciéndose el mártir.

Gris me sonrío y se acercó lentamente.
Pero yo nadé con todas mis fuerzas y con mi cola le di un empujón.

-Jajajajajaja.......Eres tremenda, Blanquita...pero te quiero!!!¿Hacemos una carrera?
El primero que llegue a la islita tendrá que bailar y cantar, propuso mi amigo.
-BlaaAnnncaAAA, gritó mi padre, esss la Hoaraaaa de cenaARRR.
-Voy Papá, respondí.¡Se acabó el juego, amigos!!!! Mañana más.


Y me alejé, cabizbaja, pero feliz.

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