
-1-
Los poros se engrandecen
cuando surge la voz
inquieta,
tras la sal que aprisiona
Mi pupila se dilata
observando la quietud
y me cubro de palabras
que nacen por tu boca
-2-
Los labios, abiertos,
expresando los motivos
de alegría;
el sabor transformando
y deshaciendo el nudo
en la garganta.
Y aparece,
y nace
el verbo que te mira.
-3-
Me resbala el pudor
de sentirme tuya,
palabra.
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